lunes, 30 de agosto de 2010

Pachita Tennant de Pike nos habla de Perú


Su abuelo había sido ministro de El Salvador en Washington durante siete años y su mamá había hecho su debut social en la Casa Blanca, en el tiempo del presidente Theodore Roosevelt.
Cuenta Pachita: yo creo que a mi mamá --bueno, yo pienso porque no la conocí- le había picado la cosa de la diplomacia y conoció a mi papá, que era diplomatico... bueno, se ha de haber enamorado de él, claro.

Mi abuela me contaba que mi mamá era muy bonita y, sobre todo, muy simpática; que salía continuamente en los periódicos en Washington, donde senadores estaban enamorados de ella. Mis abuelos estaban afligidos porque algunos de estos señores estaban casados...
¿Su papá era diplomático?
Sí, el se llamaba Henry Tennant y vino aquí como secretario de la Legación Americana --porque entonces no había embajadas- y de cónsul de Estados Unidos. Él se gradúo de leyes en la universidad de Cornell, donde fue el primero de la clase y obtuvo el magna cum laude de su promoción. Inmediatamente entró al servicio diplomático, donde lo mandaron a Lisboa, Portugal; a Bélgica; a México, donde estuvo para la famosa "Semana trágica". Los famosos 10 días cuando derrocaron a Madero. Parece ser que entonces el ministro de Estados Unidos, el embajador, se había ido y mi papá estaba al frente de la Legación.
Mi abuela tenía un porte que... ¡olvidate! Cuando vivió en Washington, un fotógrafo le pidió que se quitara una diadema porque se parecía demasiado a la reina María de Inglaterra, la madre de la actual reina. Y el peor insulto que le podían hacer era que le dijeran que era inglesa porque ella decía que era salvadoreña de puro corazón... Era blanca, blanca y de ojos azules, pero salvadoreña de puro corazón.
¿Parecía una señora inglesa?
Si, una señora inglesa de un porte distinguido. Parecía tan inglesa que sus hijos no la abrazaban o besaban. Yo tampoco. Sólo le besaba la mano a las 4:00 p.m. para pedirle permiso para ir al parque Dueñas a jugar con los amiguitos y las niñeras. Nada de abrazarla... hasta que ya fui mayor pude hacerlo.
http://archivo.elfaro.net/secciones/platicas/20070730/Platicas1_20070730.asp

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