sábado, 29 de noviembre de 2025
I Domingo de Adviento
El Adviento es un tiempo de esperanza activa, de vigilancia y conversión. No se trata de un simple preámbulo a la Navidad, sino de un tiempo de gracia en el que Dios nos despierta del sueño de la rutina y nos llama a vivir con el corazón encendido. En medio de la prisa, del ruido y del consumismo que suelen llenar estas semanas, la liturgia nos invita a detenernos, a hacer silencio, a mirar más allá de lo inmediato y descubrir los signos discretos de la presencia de Cristo entre nosotros.
La Palabra de Dios de este domingo —con la voz profética de Isaías, la exhortación de San Pablo y el llamado de Jesús a “velar”— nos sitúa ante la urgencia de despertar, de abrir los ojos a lo esencial. Este es el espíritu del Adviento: vivir atentos a la venida del Señor, con fe, con alegría y con esperanza renovada.
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